A las 21:00, tal y como muchos preveíamos, las luces se apagaron y empezó a sonar la intro orquestal de
Sacred Worlds, profético preludio de lo que se nos venía encima. De repente de entre la nube de humo aparecieron las siluetas de André Olbrich y Marcus Siepen, que comenzaron a desarrollar el riff iniciado por la intro. Después de esto, veíamos a la banda casi al completo derrochando energía en el gran inicio de esta canción, con el teclista y el bajista de alquiler habituales en segundo plano, y una vez pasada la tormenta, apareció Hansi triunfal para entonar las primeras y calmas líneas del tema.
Los 9 minutos que dura el tema se pasaron en un instante, y antes de que quisieramos darnos cuenta teníamos a Hansi bromeando sobre la visita del Papa el día siguiente a la ciudad condal. Después de comunicarnos su gratitud de estar en Barcelona de nuevo, nos dio la bienvenida al espectáculo con su frase mítica: "Welcome to the show, and welcome to..." "DYING!!!", contestaba el público enloquecido, conscientes de la grandeza del tema.
Sin descanso alguno, los germanos nos ametrallaban con
Born in a Mourning Hall con un Frederik Emhke sacándole humo (esta vez en sentido figurado) a la batería. Sin duda alguna, Ehmke es el miembro de la banda con más talento junto a André, pero me siento en la obligación de remarcar la increíble e incansable tarea que ejerció el baterista de la banda durante todo el concierto. Todo un maestro de las baquetas.
Después de sacar la artillería pesada, pudimos afinar nuestras voces todavía más con la preciosa
Nightfall, porque si hay algo que destacar de los conciertos de Blind Guardian, es el omnipresente factor de la importancia del público en las canciones. Los coros de cada estribillo siempre son interpretados por los atendientes, mientras que Kürsch se dedica a las melodías de este, conseguiendo una involucración de los fans en el evento realmente asombrosa.
Tras el pletórico final de este temazo del 1998, el público comenzó a suplicar a gritos una de las canciones más míticas de Guardian... "Majesty, Majesty...", chillaba la audiencia ante un Hansi estupefacto. "La tocámos ayer para vuestros compatriotas de Madrid, no creo que esta sea la noche...", a lo que el público contestó con más demanda, mientras que Hansi se lo tomó con humor y nos dijo que "Lo siento, pero no es mi culpa... es de todos los demás miembros" entre carcajadas.
La que sí que cayó después fue un tema de su penúltimo álbum (injustamente criticado), bajo el título de
Fly que pese a todo nos hizo cantar a pleno pulmón a todos. Después de esto, el frontman alemán aprovechó para dedicar el tema
Time Stands Still... At the Iron Hill a la selección española, por el mérito de "habernos ganado dos veces seguidas", pero nos avisó de que la siguiente no iba a ser tan fácil, a lo que el público rió efusivamente mientras nos contestaba con su sonrisa de siempre "ahora os reís, pero ya veréis...".
El público barcelonense no se daba por vencido y volvieron a atacar a golpe de "Majesty, Majesty...", aunque de poco sirvió, ya que Hansi inició rápidamente un juego de pregunta-respuesta con el respetable para hacerles de introducción para
Traveller in Time, tras la cual rayamos el disco pidiendo el clasicazo de nuevo. El cantante se quitó su auricular monitor y se fue hacia Marcus, con el cual intercambió unas palabras animádamente con una expresión de "No tienen remedio, que le vamos a hacer...". Así que se dirigió a nosotros con el micrófono de nuevo y nos dijo "He decidido daros un pequeño regalo... desde el fondo de mi corazón, la siguiente es una canción muy vieja de nuestro primer álbum, que habla sobre El Señor de los Anillos... y sorpresa, sorpresa, se llama
Majesty, ¡ése es mi regalo!", tras lo cual se desató la locura junto a las primeras notas de teclado. La canción fue sin duda uno de los puntos álgidos del show, una interpretación genial, con Hansi llegando a notas que hace tiempo que no tacaba (cosa que me sorprendió durante todo el concierto) y los abrumadores solos de Olbrich, que sin duda, es un as de la guitarra en toda regla.
Tras este derroche de energía por doquier, era momento de sacar las acústicas y relajarnos con la primera balada de la noche, era tiempo para
A Past And Future Secret, a la cual le siguieron la siempre fresca
Time What is Time con su inicial solo acongojante y la rápida y nueva
A Voice in the Dark, dándole un toque de actualidad al set que le sentó fenomenal.
Para cerrar el set principal, Hansi intentó hacernos creer que la siguiente era la última canción, pero a estas alturas dudo que ya nadie se lo creyera.
Imaginations From the Other Side fue el cierre perfecto para la primera parte del show, acompañada por unas animaciones adaptadas perfectamente a la temática de la canción proyectadas en la gran pantalla a sus espaldas.
Tras pegar un par de tragos para despejar la garganta, las luces se volvieron a apagar y otra intro volvió a sonar, esta vez era la del que, sin duda, es el tema estrella de el último disco de la banda.
Wheel of Time ha conseguido la grandeza de un clásico en unos pocos meses, con sus melodías orientales, sus orquestaciones hechas perfectamente a medida y un estribillo alucinante. En la sección central el escenario se quedó vacío, únicamente con la pantalla mostrando los instrumentos que corresponden a esta parte y que, por motivos obvios, no se llevaron al riguroso directo, tales como un sitar, un violín y percusión oriental. A su debido tiempo, la banda se fue incorporando poco a poco para recuperar en ritmo del tema y cerrarlo con una energía que hubiese bastado para iluminar Las Vegas durante una semana.
El bis continuó con la balada nº1 de todos los fans de Blind Guardian:
The Bard's Song - In The Forest fue uno de los momentos más mágicos del concierto, con Hansi pidiendo que cantásemos todas las líneas de la canción junto a él, tras una proyección de un verde bosque de fondo... para recordar.
Y la canción que nunca, y cuando digo nunca es NUNCA, puede faltar en un concierto de Blind Guardian es
Valhalla, y como la banda lo sabe, se aplicaron al cuento. Clasicazo, desde el inicio catatónico con Frederik Ehmke golpeando sus timbalas y goliat al ritmo de un remero de esclavos y las dos guitarras devastándolo todo con ese riff abominable, hasta el final con todo el Sant Jordi Club cantando el estribillo solos con una base de batería y Hansi conduciendo el coro metálico.
Mordred's Song fue uno de los temas que mejor sonaron, ya no solo por la calidad de la canción, sino por la claridad de sonido y la energía y sentimiento desprendidos por los altavoces. Y para finalizar la velada, nada mejor para cerrar con llave que
Mirror Mirror, que hizo las delicias del público.
Y esas increíbles 2 horas se pasaron en un suspiro, y no sé si fue por la gaseada de prueba que nos lanzaron antes de comenzar el show, pero aquella noche sólo tendría una definición de entre todo el vocabulario de nuestra querida lengua: mágica. No, no hubo
And Then There Was Silence, ni
Into the Storm, ni
Lord of the Rings, ni
The Script For My Requiem, ni, hablando de material nuevo pero de gran calidad,
War of the Thrones,
Curse My Name,
Otherland o
This Will Never End... Pero lo importante no es lo que no tocaron, lo importante es lo que SÍ tocaron, porque si Blind Guardian tuviesen que tocar todos sus temazos, no acabarían ni en 5 horas. Y parece que el hechizo de adulación no fue sólo para el público, ya que al día siguiente declararon en su Facebook oficial "Los shows de Madrid y Barcelona han sido sencillamante mágicos, una vez más nos vamos maravillados con los fans españoles". Pues, que no tarden en volver, y como dicen ellos...
BARDS WE ARE! BARDS WE WILL BE!Setlist:
01. Sacred Worlds
02. Welcome to Dying
03. Born in a Mourning Hall
04. Nightfall
05. Fly
06. Time Stands Still... At the Iron Hill
07. Traveller in Time
08. Majesty
09. A Past and Future Secret
10. Time What is Time
11. A Voice in the Dark
12. Imaginations From the Other Side
13. Wheel of Time
14. The Bard's Song - In the Forest
15. Valhalla
16. Mordred's Song
17. Mirror Mirror