
El día había llegado sin ningun tropiezo: nada de enfermedades ni volcanes que se ponen en erupción y bloquean el espacio aéreo. Era el día, un día de rock n' roll, un día de fiesta y un día de pasárselo bien.La sala llenó a tope como era de esperar (Airbourne no son para menos), y había mucho ambiente previo, ganas de darlo todo y ganas de rockear como nunca. Rockear como nunca fue lo que hicieron los nacionales '77, unas jóvenes promesas que jugaban en casa y que dieron un show digno de admirar: un guitarrista que recordaba más a Angus Young y un vocalista que probablemente sea lo más cercano a Bon Scott que servidor haya oído en su vida, ¿qué...