Una semana más volvemos con un discazo para hacer las delicias de nuestros lectores. Esta vez dejamos un poco de lado el prog para deleitarnos con el mejor Stoner Rock/Heavy Metal de la mano de Zakk Wylde y sus Black Label Society.
Esta excelente banda formada por el mago de la Gibson en 1998 lleva ya 12 años brindándonos un heavy/rock sucio, versátil y contundente, además, ¡también estaremos en el High Voltage Festival de este año para contaros cómo le dan en directo!
El disco abre con uno de los himnos de la banda, que lleva por título "Stoned And Drunk", dándonos un poco la idea de cómo es el tema: guitarras saturadas y vocales potentes. Le sigue la infravalorada y a su vez absolutamente genial "Doomsday Jesus", donde empieza el recital de armónicos de pellizco vibrateados por doquier, ya que abundan en muchos temas del disco.
Después llega la genialidad, la maestría y la capacidad de crear un tema tan fantástico como lo es "Stillborn" por parte de Wylde, acompañado por Ozzy Osbourne a las vocales. Riffs llenos de fuerza y un estribillo realmente pegadizo. Quizá el único defecto de esta canción y de este disco en general es que el trabajo de John DeServio al bajo no es demasiado notable, ya que no se le nota en su estilo, limitándose a seguir la mano de Zakk.
En "Suffering Overdue" vuelven a ser muy notables los queridos armónicos de Zakk, junto a esos riffs descomunales y esos solos macabros y brutales, dándole a este tema la indespensabilidad para cualquier concierto en directo de la banda. "The Blessed Hellride" es la balada por excelencia del disco junto con "Dead Medow", aunque el primero se come bastante al segundo. El tema-título presenta toda la grandeza del vozarrón de Wylde, además de un toque sureño muy presente a lo largo de la canción que se revela en toda su forma en la sección del solo, recordándonos a su álbum en solitario "Pride & Glory".
A partir de aquí, los temas transcurren con estucturas y sonidos semejantes a los 3 primeros temas, pese a que no llegan a ser tan grandes a excepción de "Destruction Overdrive", que es otro gran himno de la banda. Precisamente este recorrido llano le da al disco una gran fortaleza y consistencia, dejando claro el estilo del álbum y la banda también en general. Y así, con algunos temas mediocres como "Funeral Bell" o "Blackened Waters", cerramos esta crítica, ¡nos vemos la semana que viene con más música alucinante!
¡Os dejo un par de temitas para abrir boca!
El disco abre con uno de los himnos de la banda, que lleva por título "Stoned And Drunk", dándonos un poco la idea de cómo es el tema: guitarras saturadas y vocales potentes. Le sigue la infravalorada y a su vez absolutamente genial "Doomsday Jesus", donde empieza el recital de armónicos de pellizco vibrateados por doquier, ya que abundan en muchos temas del disco.
Después llega la genialidad, la maestría y la capacidad de crear un tema tan fantástico como lo es "Stillborn" por parte de Wylde, acompañado por Ozzy Osbourne a las vocales. Riffs llenos de fuerza y un estribillo realmente pegadizo. Quizá el único defecto de esta canción y de este disco en general es que el trabajo de John DeServio al bajo no es demasiado notable, ya que no se le nota en su estilo, limitándose a seguir la mano de Zakk.
En "Suffering Overdue" vuelven a ser muy notables los queridos armónicos de Zakk, junto a esos riffs descomunales y esos solos macabros y brutales, dándole a este tema la indespensabilidad para cualquier concierto en directo de la banda. "The Blessed Hellride" es la balada por excelencia del disco junto con "Dead Medow", aunque el primero se come bastante al segundo. El tema-título presenta toda la grandeza del vozarrón de Wylde, además de un toque sureño muy presente a lo largo de la canción que se revela en toda su forma en la sección del solo, recordándonos a su álbum en solitario "Pride & Glory".
A partir de aquí, los temas transcurren con estucturas y sonidos semejantes a los 3 primeros temas, pese a que no llegan a ser tan grandes a excepción de "Destruction Overdrive", que es otro gran himno de la banda. Precisamente este recorrido llano le da al disco una gran fortaleza y consistencia, dejando claro el estilo del álbum y la banda también en general. Y así, con algunos temas mediocres como "Funeral Bell" o "Blackened Waters", cerramos esta crítica, ¡nos vemos la semana que viene con más música alucinante!
¡Os dejo un par de temitas para abrir boca!
Stillborn
Destruction Overdrive
Destruction Overdrive
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